lunes, 12 de enero de 2015

Luz Marina Larios
Los modelos económicos siempre han estado marcados con figuras e instituciones para promover e impulsar el desarrollo de un país aprovechando los recursos y características propias de cada región, pero hay que hacer énfasis en que existe diversidad de esos modelos, es por ello que es necesario tomar la decisión de cual modelo es el que mejor se ajusta para lograr ese fin.
En este sentido, el siguiente trabajo de investigación trata sobre el Cooperativismo en Venezuela, abordando los siguientes puntos: concepto de cooperativismo, cooperativista, cooperar, cooperación, ayuda mutua, esfuerzo propio, símbolo de la cooperativa, régimen legal del Cooperativismo en Venezuela, origen histórico, tipos, como se forma, valores, estructura, relación con el desarrollo endógeno, forma de organización, constitución, integración, principios, órganos encargado para el financiamiento, la superintendencia de cooperativa y los órganos encargados de vigilancia y control de las cooperativas.
Cabe destacar, que este tema es de vital importancia para todas aquellas personas emprendedores que quieren asociarse para realizar una actividad con fines de lucro y ven a las cooperativas como una opción viable para lograr ese fin, es bueno que conozcan todo sobre las cooperativas su marco legal que rige en Venezuela y saber su evolución histórica a través de los años.
El Cooperativismo en Venezuela
Conceptos de:
a) Cooperativismo, Es una doctrina socio económica que promueve la organización de las personas para satisfacer sus necesidades. El cooperativismo esta presente en todos los países del mundo, le da la oportunidad a los seres humanos de escasos recursos tener una empresa de su propiedad junto a otras personas. Uno de los propósitos de este sistema es eliminar la explotación de las personas por individuos o empresas dedicados a obtener ganancias.
b) Cooperativa, es una asociación de personas que se han agrupado voluntariamente para lograr un objetivo común, mediante la constitución de una empresa, democráticamente dirigida, aportando una cuota equitativa del capital necesario y aceptando una justa participación en los riesgos y en los frutos de esa empresa, en cuyo funcionamiento los miembros participan activamente.
c) Cooperativista, Es un socio participa desde el momento de su incorporación a la cooperativa en cada una de las etapas por las que atraviesa la promoción a través de las asambleas generales, o de las juntas especiales" de socios cuando existen varias promociones o fases de la misma cooperativa.
d) Cooperar, Es Obrar, colaborar con otro u otros para un mismo fin.
e) Cooperación, Se llama cooperación a la práctica de los individuos o grupos que trabajan en común, con objetivos, y posiblemente métodos, acordados previamente, y en las que el éxito de un individuo es dependiente y contingente del éxito de los demás. La cooperación es la práctica opuesta a la de quienes trabajan por separado o en competencia mutua.
f) Ayuda Mutua, El concepto de Ayuda Mutua es una condición natural en los seres humanos, es una necesidad de poder compartir, buscar ayuda y contacto con otras personas en las que confiar ante situaciones de alegría, de tristeza, de enfermedad, de peligro o de ansiedad. La necesidad de buscar a otros para compartir o de buscar ayuda es una tendencia natural que acompaña a las personas a lo largo de la vida.
h) Esfuerzo Propio, El esfuerzo propio es cuando alguien se esfuerza con sus propias fuerzas y sus propios recursos, aunque el resultado de su esfuerzo propio no necesariamente sea para su propio beneficio.
Régimen legal del cooperativismo en Venezuela
En Venezuela a partir de la entrada en Vigencia la Ley Especial de Asociaciones Cooperativas el 18 de septiembre de 2001, se multiplicó hasta nuestros días de una manera histórica la conformación de empresas cooperativas, muchas de ellas han sido creadas sin un conocimiento especifico acerca de las bases legales que lo regulan, ya que el objetivo principal que ha motivado para su creación han sido primordialmente: a. El Incentivo Fiscal. (La exención de impuestos) b. El Otorgamiento de créditos. c. La Obtención de Contratos otorgados con preferencias a las cooperativas, Tenemos tres fuentes principales en el derecho cooperativo venezolano:
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La Ley Especial de Asociaciones Cooperativas.
Las Providencias Administrativas,
Las dos primeras son más conocidas entre los cooperativistas, pero las providencias administrativas tienden a ser en su contenido desconocidas por la mayoría y actualmente cuando pretenden obtener contratación con el Estado se encuentran que deben presentar la CERTIFICACION DE CUMPLIMIENTO, y el primer obstáculo es la falta de cumplimiento con lo dispuesto en las Providencias Administrativas por desconocimiento de las mismas.
Además, El Artículo 8 de la Ley de Cooperativas, menciona que las cooperativas y sus formas de coordinación, asociación e integración se regirán por la Constitución, esta Ley y su reglamento, por sus estatutos, reglamentos y disposiciones internas y en general, por el Derecho Cooperativo. Supletoriamente se aplicará el derecho común, en cuanto sea compatible con su naturaleza y principios y en última instancia, los principios generales del derecho.
Origen
El movimiento cooperativo nació en el marco de la Revolución Industrial, durante el siglo XX para que sus socios tuvieran acceso a mejores condiciones posibles de precio y calidad (cooperativas de consumo), o bien, a producir y canalizar esta producción hacia el mercado, evitando intermediarios, para maximizar las rentas de los cooperativistas.
Historia
Una de las primeras experiencias cooperativas data de 1844, cuando se crea en Rochdale, Inglaterra, la cooperativa de consumo Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale. Simultáneamente surgen otras experiencias en Francia, España y otros países europeos. Entre los primeros grandes pensadores del cooperativismo se encuentran Robert Owen, Charles Fourier y Friedrich Wilhelm Raiffeisen, respectivamente, galés, francés y alemán, los que hicieron una crítica en la que proponían que la solución de problemas sociales se puede lograr a través de la cooperación entre los individuos.
La vieja bandera del movimiento cooperativo estaba representada por los 7 colores del arcoiris, que simbolizaba al mismo tiempo la diversidad y la esperanza. El color rojo representaba el fuego y el amor que une a las personas; el anaranjado recordaba a un amanecer glorioso; el amarillo por el color del sol que da luz, calor y vida; el verde representaba la esperanza; el azul celeste figuraba como reflejo de la ilusión; el Azul Marino o Índigo encarnaba el valor que nos impulsa a buscar nuevas rutas; y finalmente el Violeta significaba la humildad y la virtud.
Posteriormente, en el Congreso de la ACI de 1995, se decidió cambiar la clásica bandera del cooperativismo por una bandera de fondo blanco con un arcoíris que se rompe para convertirse en palomas en pleno vuelo.
Durante este año 2012 se celebra el Año Internacional de las Cooperativas, según lo proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Economía Social:
Construcción conceptual de la economía social y participativa
La necesidad de desarrollar la economía desde otro modelo que incluya a los habitantes de un país, para buscar alternativas que funcionen con miras a lograr servicios para la gente, que se empoderen de sus medios de producción y que generen bienes colectivos, con sentido de pertenencia, responsabilidad y sentido del deber social, donde los gobiernos le den acompañamiento y asesoría de cómo lograr obtener los recursos para emprender esa economía social participativa donde todo sea de todos y en beneficio de todas la colectividad que se organice y pretenda desde lo endógeno lograr sustentabilidad que sea perdurable en el tiempo para lograr satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras y buscar esa calidad de vida anhelada y ansiada por todo ser humano.
Según Barea José (2008). En temas para el Debate nº 167. Expresa que:
La economía social comprende un sector definido por entidades que no pertenecen al sector público y en el que se sitúan empresas comerciales, industriales, financieras o de seguros e instituciones privadas sin ánimo de lucro que producen servicios para las familias. Las características diferenciadoras de las empresas de la economía social están en su comportamiento en la atribución de beneficios, que no están ligados de forma directa con la posición del capital, y en el proceso de toma de decisiones, que se rige por el principio de un hombre, un voto. Además, este tipo de empresas no vende sus productos a precio estricto de mercado, sino que trata de prestar servicios a las familias en condiciones más beneficiosas.
Ahora bien en Venezuela se ha querido llevar a las comunidades a buscar la vía de la economía social así se demuestra incluyendo en la Constitución de la República una serie de artículos que le dan legalidad y herramientas para lograr este objetivo. Esto lo hace otorgando deberes, derechos y obligaciones dándole reconocimiento para ejercer como ciudadano y que tengan acceso a los beneficios del estado así participar y entre todos mejorar las condiciones del país,
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), desarrolla la idea de la riqueza colectiva en oposición a las nociones de acumulación bienes, competitividad y darwinismo social, que en muchos casos sirven de sustento teórico para justifica la pobreza de un sector de la población. Respetando la diversidad de expectativas y modos de vida, la revolución bolivariana apuesta por las posibilidades de acción equilibrantes e inclusivas del Estado. Economía social para la derrota de la pobreza y la exclusión
La revolución Bolivariana desarrolla la concepción revolucionaria de un Estado inclusivo para los más pobres, los simples, las mayorías de venezolanos y venezolanas quienes durante siglos fueron parias en su propia patria. Las dinámicas de inclusión obligan a la revisión y reconfiguración paradigmática, operacional, discursiva y de diálogo, de la relación entre gobierno y ciudadanos. Dinámicas que adquieren especial significación a la luz de la emergencia social actual, ante la aspiración de derrotar su más nefasta expresión: la pobreza.
La economía clásica e incluso gran parte de la crítica de la economía política, cimienta sus desarrollos conceptuales y operativos sobre unas concepciones de pobreza, desarrollo, felicidad, bienestar, libertad y progreso, que tienen como punto de partida la aspiración de acceso al beneficio de la acumulación de capital y el equilibrio fiscal mediante mercancías, objetos y elementos que demuestren la riqueza material expresada en bienes de consumo. Bienes y servicios que suelen ser valorados como indicadores ciertos de logro, sin que ello pase por el tamiz de la calidad de vida que propicia un modelo económico de estas características.
En contraposición, desde la economía social se procura avanzar en la revisión de estos determinismos, a partir de la crítica a los conceptos de pobreza y riqueza que orientan el discurso político y las temáticas de gestión desde los referentes gubernamentales. La economía social es una economía alternativa, donde privan las prácticas democráticas directas. La economía social es autogestionaria. En la economía social el trabajo es asociado y no asalariado. En la economía social la propiedad de los medios de producción es colectiva. En la economía social el reparto de excedente es igualitario entre sus miembros. La economía social promueve formas de apoyo solidario respecto a otras comunidades.
La economía social o solidaria procura rescatar los valores y prácticas locales, comunitarias o del lugar, con sus procesos y valores solidarios, cooperativos y humanistas, como tentativas que desde la educación, significan algo más que revertir los disvalores del modelo económico global: implican promover la liberación del hombre de la esclavitud de los mercados. Ello deriva y es resultado en la promoción de una educación que se constituya sobre la base del y para él dialogo de saberes, para la geocultura local, para la felicidad del hombre. Estaríamos hablando de una educación que promueva el paso del modelo económico capitalista per se al modelo de economía para la felicidad y el modelo de calidad de vida fundamentado en la especificidad del lugar. Si la economía social privilegia la localidad, la educación desde el lugar constituye el eje central de cualquier propuesta pedagógica que pretenda contribuir al impulso de la economía solidaria. La "economía social" y las cooperativas.
Si bien desde el lenguaje constitucional se impulsan claras orientaciones para el desarrollo de un modelo económico solidario, autogestionario y de profundo anclaje local, para alcanzar este objetivo se hace necesario construir, con carácter previo, claras líneas de gestión orientadas a la derrota del desarraigo cultural (en sus expresiones económicas, políticas y antropológicas) de gran parte de la población venezolana. Esfuerzo que parece asociarse a la noción actual del Ministerio de Planificación y Desarrollo que busca vincular una nueva concepción de desarrollo local al modelo emergente de economía social.
Por lo que se necesita avanzar en la inserción social de los preceptos constitucionales en materia económica, implica el desvelamiento del tipo de Estado que tenemos, sus protocolos y rutinas, formas de relacionarse con el ciudadano y de dialogar con la otredad ciudadana; para poder de esta forma, acometer con la suficiente solidez y dinamismo la tarea de construcción de un nuevo tipo de Estado para un nuevo modelo político: la democracia participativa y protagónica.
De hecho, la CRBV (1999) refleja procesos de reflexiones y praxis sociales emergentes, a partir de las cuales es posible develar como detrás de las formas de vida, las nociones de pobreza, riqueza, desarrollo, progreso, triunfo y felicidad se esconden formas de opresión o de liberación del ser humano, que pasan por la identidad y el sentido de pertenencia de la población venezolana. Se entiende entonces, a Denis (2002) cuando señala que
Estamos partiendo de la idea de que la economía social no constituye en sí un modelo económico acabado que podría encerrarse dentro de los que tradicionalmente se ha definido como economías solidarias o sociales, ni en sus formas institucionales más conocidas: cooperativas, microempresas, empresas mutuales, etc. La economía social es en primer lugar, y dentro del contexto socio-económico específico a naciones periféricas a los centros mundiales de capital como la nuestra, aquella economía que se desarrolla precisamente sobre los márgenes de los grandes nudos de acumulación de capital.

En consecuencia, la economía puede ser vista más allá de los límites de las formas de producción y acumulación de riqueza, asumiéndola como un campo de cruce transdisciplinaria e implicaciones holísticas en todos los campos de vida y gobierno social. En esa perspectiva, las formas de vida, de resistencia, de sobrevivencia de la población pasan a ser temas de la agenda económica.
Estaríamos hablando entonces, de una economía social, de una economía solidaria que rescata el carácter humanista de cualquier campo disciplinar, sujetándolos a su incidencia en el centro de la actividad territorial: el hombre y su medio ambiente. Es decir, el interés en este desarrollo de la economía no está centrado en las formas mediante las cuales una minoría se apropia de la riqueza de las mayorías, sino en cómo estas últimas alcanzan mayores niveles de desarrollo auto determinado que imbricados a expresiones de felicidad y bienestar se funden en nuevas lecturas de lo que implica una autentica calidad de vida.

Desarrollo Endógeno:
El desarrollo endógeno visto como proceso de cambio, busca potenciar las fuerzas internas del país, combinando la inercia económica capitalista con principios de economía social para disminuir las barreras a la entrada (inclusión) de aquellas franjas de la sociedad, las cuales, por efectos del mismo modelo no tenían posibilidades de acceso rápido a los procesos económicos y de agregación de valor.
Está claro que en nuestro país se presentan desequilibrios importantes en cuanto a la distribución del bienestar, y que los caminos que se han intentado en el pasado para compensarlo no han sido exitosos en cuanto a los resultados (actualmente: clase D 23% y E 58% de nuestra población). Por eso es necesario un proceso de transformación que vaya más allá de lo económico y cubra aspectos culturales y sociales que sirvan para realimentar lo económico.
Es difícil lograr la inserción de una capa tan fuerte de nuestra sociedad sin producir traumas y enfrentar conflictos con el modelo establecido; es difícil lograr nuevas relaciones de equilibrio productivo sin afectar la producción y la productividad. Esto es así, pues los procesos de cambio tienen fases que cumplir y serán exitosos solo en la medida en que propongan un futuro mejor, y que sean capaces de lograrlo; de otra forma la sociedad en su conjunto buscará un camino para satisfacer las necesidades de un país que se busca a si mismo y explora todas las posibilidades para encontrarse.
El desarrollo endógeno va de abajo hacia arriba (bottom up), mientras que el enfoque tradicional es desde arriba hacia abajo (top down). Esta consideración tiene una connotación importante de complementariedad, que puede visualizarse gráficamente con una pirámide cuya parte superior ya está desarrollada (aunque requiere de grandes mejoras e inversiones) y la mitad de abajo es la que debe incorporarse mediante los diferentes impulsores que se están desplegando.
Al ser de abajo hacia arriba y tener como objetivo alcanzar la mitad de la pirámide para complementarse con el resto de la economía (cadenas productivas y clusters o polos de desarrollo) los objetivos parecen más posibles y cuantificables. La base está constituida por las comunidades y sus potencialidades geográficas, de conocimiento y capacitación, de apoyo financiero, y de ventajas comparativas (y como convertirlas en competitivas), en un ambiente inclusivo de amplia participación social.
Si bien el desarrollo endógeno presenta varios ángulos (economía popular, polos de desarrollo / desconcentración territorial, inclusión y contraloría social, entre otros) en este artículo me referiré a la relación entre el desarrollo endógeno y la cogestión, siendo esta última, solo una de las opciones de organización participativa. La cual, por cierto tiene que ver con empresas establecidas, ya sea que estén activas, o inactivas con posibilidades de reactivación. Menciono esto, pues los nuevos emprendimientos van a tener un perfil mas cooperativista que cogestionarlo. En definitiva, la cogestión va a tener que ver con empleo ya existente, y con activos sub-utilizados, y cuál es su rol en la estrategia de desarrollo endógeno.
Los primeros pasos del proceso de transformación ya se han dado con la incorporación de los trabajadores en la gestión empresarial a través de los diferentes esfuerzos en marcha, haciendo con ello viable la cogestión o participación activa y protagónica de los trabajadores en la administración de los recursos. Sin perder de vista que requiere de una gran inversión tanto monetaria como de tiempo y que suele demorar (como todo proceso de cambio cultural) tiempos inusualmente largos comparado con otros procesos de transformación empresarial. Cada empresa debe tener claras sus prioridades y la manera en que las cosas deben ser hechas: no hay una fórmula única para todas las empresas.
La cogestión requiere que todos los estratos con competencia en la toma de decisiones tengan un entendimiento común de qué es lo que se quiere lograr; dónde están ahora con respecto al logro esperado; y qué deben hacer para cerrar la brecha (gap) entre las expectativas y los logros. La cogestión es sólo verdadera cuando una parte no puede actuar sin la otra, lo cual no significa que la cuota de poder sea necesariamente equivalente entre el empleador y el trabajador. Para transformar una empresa, deben considerarse ocho aspectos (articuladores direccionales), los cuales a través de una dinámica de transformación lograrán, con el menor trauma y conflictividad posibles, llevarla hacia el nuevo modelo.

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